Historia del Parque Güell

El origen del Parque Güell

Los orígenes del Parque Güell se remontan mucho más allá de la fecha en que comenzó su construcción. Comenzó con una pequeña muestra de azar que desembocaría en una larga complicidad entre Eusebi Güell, futuro mecenas, y Antoni Gaudí, arquitecto del parque.

La historia comenzó en 1878, cuando Güell vio un escaparate que Gaudí había creado para el comerciante de guantes Esteve Comella en la Exposición Universal de París.

Tras este encuentro, Güell quedó cautivado por el talento de Gaudí y le fue encargando la construcción de su nueva casa (el Palau Güell), el mobiliario de la capilla panteón del "Palau de Sobrellano", una bodega, una iglesia (la Colonia Güell) y, finalmente, en 1900, el diseño y la construcción del Park Güell.

Eusebi Güell quería construir un proyecto de viviendas para los aristócratas de Barcelona en una gran finca llamada la Montaña Desnuda. Gaudí, por su parte, tenía en mente el concepto de Ciudad Jardín, en boga en Inglaterra a finales del siglo XIX. Una especie de ciudad racional e higiénica, situada en el campo, que ofrece un equilibrio entre empleo y vivienda, agricultura e industria. Gaudí se inspiró en este modelo inglés de "Ciudad Jardín", del que finalmente sólo conservó el nombre anglicismo "Park Güell" en lugar de "Parque Güell" en catalán.

El plan original preveía 60 parcelas triangulares para albergar viviendas de lujo, con una red de carreteras, viaductos y escaleras para adaptarse a la accidentada topografía del terreno. Siguiendo el espíritu de Gaudí, las futuras casas debían ser luminosas y tener todas vistas al mar. Preocupados por la biodiversidad local, hubo que preservar al máximo la vegetación durante los movimientos de tierra y reforzarla después. La apuesta ha merecido la pena.

La construcción del Parque Güell

La construcción del Parque Güell comenzó en 1900 e incluyó un sistema de drenaje, viaductos y parte de la explanada.

En 1902, el primer terreno fue adquirido por un amigo de Gaudí, Martí Trias i Domènech, quien encargó al arquitecto Juli Batllevell que construyera allí su villa.

En 1903, un artículo publicado en el Anuario de la Orden de Arquitectos afirmaba que se habían terminado los dos pabellones de entrada, la escalera principal, la valla exterior, el refugio, los viaductos y parte de la gran explanada.

En 1906 Gaudí se trasladó a la casa que se convertiría en la Casa-Museo Gaudí, donde vivió muchos años.

En 1907 se celebraron los primeros actos en la plaza del Teatro Griego, que se convirtió en la Plaza de la Naturaleza.

En 1914 se termina el banco ondulado de cerámica multicolor que rodea la Plaza de la Naturaleza.

Del fracaso del proyecto de viviendas al parque público

Un concepto de ciudad jardín audaz e innovador, una construcción impresionante, pero un proyecto inmobiliario mal planteado. En 1914, sólo se vendieron 2 de las 60 casas previstas. El parque estaba alejado del centro de Barcelona, los medios de transporte eran insuficientes y los llamados contratos enfitéuticos de compraventa desanimaban a los posibles compradores.

Ese mismo año se abandonó la obra. El parque, ahora abierto al público, fue un gran éxito popular. Con los años, se convirtió en una de las principales atracciones turísticas de la ciudad.

Tras la muerte de Eusebi Güell en 1918, sus herederos donaron el parque al Ayuntamiento de Barcelona en 1922.

En 1926 el parque se convirtió oficialmente en parque municipal, la casa de la familia Güell en escuela pública (Escola Baldiri Reixac) y la zona situada a la derecha de la entrada en jardín ornamental.

En 1963, la Asociación de Amigos de Gaudí compró la casa de Gaudí y la convirtió en una casa-museo en memoria del arquitecto.

En 1984, el Parque Güell fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, un reconocimiento mundial para estos dos visionarios creadores.