Osmosis

Restaurante Osmosis lleva ya 10 años sirviendo menús degustación. ¡Y se dice pronto!. Diez años dedicados a ofrecer solamente unos platos fijos que cambian cada 15 días, sin carta.

¿Son ganas de innovar o ganas de complicarse la vida?. Porque tener que crear un menú cada 15 días no es fácil. De hecho, haciendo números hablamos de más de 500 menús y 2.000 platos.

Así llevan una década y, aún su modelo, algo extraño, se ha consolidado como uno de los restaurantes gastronómicos de Barcelona.

Su secreto seguramente es el cuidado de los detalles, la apuesta por el producto fresco y buscar una identidad que les diferencie del resto de restauradores.

Osmosis, está en el corazón del Eixample, en la calle Aribau. El local en sus inicios era una vivienda, algo que se percibe al entrar y en sus diferentes salas. Esta arquitectura interior facilita mucho la intimidad, ya que prácticamente podemos hablar de una acumulación de privados de diferentes capacidades. Hasta para dos personas. La distribución lo hace ideal para reuniones de trabajo, celebraciones entre amigos e incluso para una petición de mano (no sería la primera).

Entrando en aquellos detalles de los que hablaba al principio, Osmosis es un restaurante de mantel de tela, aperitivo de cortesía y vajilla completa. No encontraremos pizarras ni maderas naturales para servir sus platos. Es más bien clásico en su servicio de sala, pero innovador en su cocina. En los menús que diseñan se aprecia una buena técnica culinaria y algunos de sus platos, bajo petición popular, se han quedado fijos en esos menús cambiantes. El principio y el final de cada comida es lo que no fallará: su Foie micuit con manzana a la vainilla para empezar y su postre Chocolates con especias y frutos secos. Pero lo que transcurre entre uno y otro variará dependiendo de la fecha en la que se visite.

Entre los platos de sus menús normalmente encontraremos algún arroz. Si lo hay, no dudéis en pedirlo. Sea cuál sea, estará bueno, le tienen muy bien cogido el punto y hay que decir que lo bordan. Pescados, carnes y el producto de temporada será lo que compongan el resto de su oferta y, dependiendo del hambre que tengas, podrás hacer que sea más o menos largo: el XL de 9 platos, el largo, de 7 o el corto de 5. O el menú del día, que se compone de 3 elaboraciones a elegir entre algunos de los platos de sus otras alternativas.

Como buenos gastronómos, no olvidan que los vinos forman parte casi imprescindible de una buena mesa. Para ello, siguen con su línea personal y aunque sí encontramos una carta en la que podemos escoger qué nos acompañará en la comida con “nombre y apellido”, por decirlo de alguna forma, hay que hablar de su “vino de mesa”.

Unos vinos que sólo podremos encontrar en Osmosis, y que hoy por hoy son 5. Están hechos única y exclusivamente por y para ellos. Olvídate de ese vino de mesa rudo y que parece haber llegado allí porque nadie lo quería. No tiene nada que ver. Hablamos de 5 vinos elaborados por diferentes bodegas en diferentes zonas de Catalunya, incluyendo un Cava Brut Nature, un cariñena, un Xarel.lo (uva típica del Penedès), una garnacha y un Pedro Ximénez. Podemos decir con toda tranquilidad que son unos vinos únicos nacidos de diferentes coupages elegidos por su sumiller.

Con esta arriesgada pero exitosa fórmula, podríamos definir Restaurant Osmosis como un restaurante enogastrónomico. Uno de esos sitios donde se comerá muy bien con una buena relación calidad precio, donde te ofrecen algunos platos que te hacen pensar si no estás en un restaurante con Estrella Michelin. Entre unas cosas y otras (sus platos, sus vinos y su espacio) es ideal para ir sin prisa y disfrutar.

Si tenéis buen estómago y apetito, no lo dudéis, pedid el menú XL y llevaros toda una muestra de la cocina catalana renovada. Y por supuesto, con maridaje.

@osmosisrestaurante

Luis Ramos de bacoyboca.com