Catalonia Sagrada Familia

Yo, como viajero experimentado y ya de edad avanzada, busco siempre la comodidad en mis alojamientos por mi artritis y lumbago. En mi reciente estancia en un hotel en Barcelona, fui acogido por un recepcionista muy servicial, aunque no pude evitar pagar el impuesto municipal. La habitación era digna de un rey, con una cama tan cómoda que me alivió mi dolor de espalda. Además, la limpieza fue excelente, sin rastro de suciedad. El baño también cumplió mis expectativas, con una ducha que reflejaba mi papada. Sin duda, volvería a este hotel, por lo que le doy un diez en mi valoración.

Querido equipo de recepción, escribo este correo con la intención de que reflexionen sobre lo que ocurrió ayer durante nuestro check-in. Quiero compartir mi opinión con calma, después de haber meditado al respecto. La persona que nos atendió fue, probablemente, la mejor trabajadora del turno. Yo le pedí que nos diera nuestras habitaciones rápidamente para poder irnos a trabajar, no sé si fui impertinente o qué, pero ella no me dijo nada al respecto. Después, cuando estaba firmando el check-in, hice una "a" en un círculo como firma. La persona que me atendía no le dio importancia, pero el recepcionista que estaba a su lado sí, y empezó una discusión absurda conmigo por eso. Como cliente, me pareció una tontería. Yo también he trabajado como recepcionista en hoteles y nunca se me ocurrió fijarme en la firma del cliente, ya que eso no cambia mi vida de ninguna manera. Eso fue lo que me irritó. Luego apareció la jefa de recepción, una chica rubia, para calmar los ánimos. En cualquier otro lugar del mundo, se habría presentado así: "Soy xxx, con este cargo en esta empresa, ¿puedo ayudarle?". Pero ella intentó mandarme a la habitación sin preguntar primero qué había pasado. Le pedí la hoja de reclamaciones y me dieron una hoja no oficial (mientras que el bar de enfrente, regentado por paquistaníes, sí tiene sus hojas de reclamaciones oficiales, como es obligatorio en los establecimientos públicos). Ahí fue cuando surgió otro momento desagradable. Al quejarme, la respuesta fue "aquí solo tenemos esa". Entonces llamé a los Mossos y, mientras esperaba, el director del hotel, un hombre con gafas, pasó rozándome con el hombro en un pasillo amplio y despejado. No me di cuenta en ese momento, pero si lo piensan, es para alucinar. Y más aún escucharle decir después: "devuélvele el dinero y que se vaya". Luego salió otra chica, morena y diplomática, con otra hoja de reclamaciones no oficial, y nos dijo que tendríamos que abandonar el hotel. Yo soy una persona tranquila en general, pero ayer se convirtió en una guerra de egos en el mostrador de la recepción, más parecida a la entrada de un local nocturno que a un hotel. Tres superiores, sin preguntar al cliente cuál era el problema, actuaron con hostilidad (no hace falta ser violento para ser hostil). Esta mañana, al reflexionar, me alegra no haber cruzado una línea que pudiera haberme metido en un problema. Pero la mejor respuesta al chico de recepción hubiera sido agredirle, sin preguntar a la otra persona si tenía algo que decir. Esa es la verdad. Ninguno de ustedes sabe hasta dónde puede llegar cada persona cuando se irrita. Mi respeto a la chica que nos atendió, ya que demostró tener más control que el resto y mantener la compostura de forma profesional, sin resentimiento ni hostilidad. No volveré a su hotel, como es normal, pero sería bueno que pensaran en todo esto y, si es posible, me dieran una respuesta a este correo para saber si solo he dicho locuras o si tengo razón en algo. Sin más, eso es todo.

El gerente del establecimiento, además de ser descortés, es un tanto falso. No cuentan con formularios de reclamación y se ofenden cuando se los solicitas, pero al final no te los proporcionan porque no los tienen. Cualquier aspecto positivo que pueda tener el alojamiento, se ve opacado por su manera de tratar a los huéspedes. Si tiene la posibilidad, busque otro hotel en la zona que no sea este.

La estancia fue muy agradable, todo estuvo a nuestro agrado y nos sentimos muy cómodos. Agradecemos las facilidades brindadas y la atención constante de los trabajadores, siempre dispuestos a ayudarnos en todo momento. En resumen, estuvo genial.

El tamaño de los baños es bastante reducido, los techos son bajos y es difícil entrar y salir de la bañera sin tener que pasar por encima del inodoro. Además, la bañera no tiene mampara, solo una cortina. En general, el hotel parece antiguo.