Filomena

Escondido en la Calle Aldana, muy cerca de la siempre animada Calle Parlament, este gastrobar a la moda rezuma el estilo de Sant Antoni. Al día pero sin pretensiones, modestamente se describen como un lugar de “comida, bebidas y diversión”. Y parece ser una descripción más que cierta. Grupos de locales se arremolinan entrono a su pequeña terraza al frente, entre risas y coloridos cócteles, cervezas Alemanas y vinos locales. Suficiente para que queramos curiosear y entrar – este sitio tiene algo de especial.

Entrando, el personal es amable y eficiente, acomodándonos rápidamente en la mesa en este pequeño pero interesante espacio comedor, que solo sabemos describir como “chic industrial”. Paredes de cemento sin pintar y muebles vintage de los años 60 contrastan los unos con los otros, con luces contemporáneas – utilizando tuberías de agua – decoran las paredes como instalaciones de arte vanguardista. Es sutil, muy muy cool.

La cocina está parcialmente abierta y se pueden ver a los tatuados chefs concentrados, perfeccionando cada uno de los platos antes de entregarlos para servir. El personal del comedor se mueve graciosamente, cogiendo cubiertos, vajilla y servilletas de una enorme caja de herramientas, que parece olvidada por algún instalador.

Y para ratificar lo “gastro” del título de “gastrobar”, la carta ofrece desde tapas de calidad a cocina casera con toques internacionales. Empiecen con unas bravas y provoletiña, que es una piña asada con queso provolone fundido con hierbas. La ensalada del jardín esta refrescantemente aderezada (no enteré nunca el porque es tan difícil conseguir una buena ensalada en Barcelona, sin que nos cuesta un riñón) con queso de cabra, miel, mostaza y mango.

Los amantes del marisco se disfrutarán con el tempura de gambas con salsa curry, mango y miel, así como una selección de diferentes ceviches. Las carnes incluyen cerdo, o tacos de pollo, albóndigas picantes Griegas y un club sándwich de pollo marinado con piel de naranja y mostaza. Yo opté por el Filoburguer, 150gr de buey en un panecillo con abundante queso, bacon, cebolla, salsa barbacoa casera y chips cassava, una deliciosa alternativa a las tradicionales patatas fritas, pero mucho más saludable. Sin discusión es una de las mejores hamburguesas que he comido en Barcelona.

También nos ofrecen una excelente selección de comida para veganos y vegetarianos. Puede explorar platos como la moussake veggie con berenjena y patata cocida en salsa boloñesa, tabbouleh vegano y tacos veganos con lentejas negras, verduras asadas, aguacate y cilantro fresco.

Se puede acabar con postres caseros – el tiramisú en pura satisfacción – y café, antes de irnos a la fiesta de la terraza. Las micheladas, mezcla cervecera mexicana, es la bebida perfecta para la media tarde.

Conclusión
Filomena es un lugar perfecto para cuando desee comer algo bueno acompañado con una buena bebida de manera informal. Es animado, divertido y poco pretencioso. Servicio agradable y profesional, donde se ve que disfrutan de su trabajo, especialmente los chefs de cocina. Buena relación calidad precio.

Ben Holbrook - www.driftwoodjournals.com