Bar Cañete

Tapas clásicas y contemporáneas servidas en un local chic y a la moda

Bar Cañete: Como muchos de los mejores establecimientos de Barcelona, este tradicional y a la moda bar de tapas y restaurante es un negocio familiar. A lo largo de los años se ha ganado la reputación entre de los gourmets locales y los turistas que aprecian la calidad de la cocina española. Tiene 2 espacios separados: el largo y estrecho bar desde donde vemos la cocina y su bullicio interior, con los cocineros en las sartenes o cortando jamón, y la sala comedora más formal, todo en madera y piel oscura con iluminación suave y tonos de jazz.

Los camareros se mueven rápidos y elegantes en sus chaquetas blancas, y al jefe de sala, Don Julio, se le ve gritando comandas como un oficial de la marina. Todos ellos se manejan con gran profesionalidad, con un servicio atento, informal y divertido, añadiendo un plus a toda la experiencia. Todo aparenta clásico y romántico, dando un salto al pasado tradicional de España, pero con una carta fresca y al día. Los chefs no tienen ningún miedo a jugar con los ingredientes, aunque nunca olvidando el alma mater de cada plato.

A los platos se les da una nueva dimensión, yales las croquetas de patata con langosta y algunos ingredientes secretos, o el atún salvaje con mascarpone y caviar de trucha. Es una cocina impresionante, deliciosa y hecha a conciencia, pero no reinventan la rueda. Se trata de exponer lo mejor de los productos catalanes, sea pescado, marisco, carnes o verduras.

Otros platos que recomendamos, con grandes sabores de la tierra es el “fricandó”, o las gambas frescas que entran a las 8 directas al plato.

La carta de vinos en sí misma es una belleza, con un espectacular abanico de referencias, desde las DO españolas hasta algunas francesas. El personal conoce bien la carta y sus sugerencias son altamente recomendables, lo que facilita mucho la decisión.

Conclusión: el Bar Cañete ofrece todo lo que se puede pedir de una experiencia de cocina española: ambiente, energía, cocina apasionada y grandes sabores. Simplemente a disfrutar de la comida.

Por Ben Holbrook
driftwoodjournals.com