Shhh... no se lo digas a nadie
Shhh... no se lo digas a nadie tiene un nombre peculiar, y pensamos que es así porque es un pequeño lugar donde sirven una gran variedad de quiches, tés, zumos y deliciosas tapas españolas.

Shhh... no se lo digas a nadie
Un local llevado por gente andaluza donde encontrará un servicio muy bueno y amable.
Una perfecta y muy bonita decoración con muebles antiguos de madera.
Las noches del domingo traen a unos bailadores de flamenco profesionales. Es muy importante que reserven con mucha antelación para el espectáculo!
Venga a pasar un buen rato a Shhh... no se lo digas a nadie en Barcelona!
Shhh... no se lo digas a nadie
C/ Torrijos, 53, 08012 Barcelona, EspañaArea: Gracia
Email: sh.noselodigasanadieSPAMFILTER@gmail.com
Horario: Domingo a Jueves hasta la 1h. Viernes y Sábado hasta las 2.30h
Precios: 15€
Teléfono: 93 566 28 93
Metro/Bus: Metro L3 - Fontana
Mapa metro Barcelona
Hoteles: Encuentra su hotel en Barcelona en esta zona.
1 comentario
No se lo diré a nadie! - Cali (7 feb 2013 - 09:00)
Malísima experiencia en este lugar. La comida y la bebida regular pero lo peor fue la atención. Cuando fuimos a pagar pedimos hacerlo por separado (lo hicimos con educación y en aquel momento el local estaba casi vacío). El dueño del bar nos dijo de muy malas maneras que teníamos que pagar la cuenta todos juntos, que había un cartel en el bar que lo ponía "muy clarito" y que lo que "teníamos que hacer" era pagar la cuenta uno y "ya nos las arreglaríamos entre nosotros" o que si no nos parecían bien las normas del local no hubiéramos entrado. Nosotros nos quedamos de piedra, ya que para nada su tono, agresividad y prepotencia se ajustaba a la manera como nosotros habíamos pedido pagar la cuenta. Le dijimos que no hacía falta que nos hablara de ese modo, que con que nos dijera que no tenia cambio habría sido suficiente. El chico se encendió más y hasta empujó agresivamente a dos del grupo (éramos 6). Le pedimos que se calmara o que sino nos tendría que dar el libro de reclamaciones, a lo que contestó que no tenía más libro que el que estaba a la entrada del local (una libreta de visitas donde la gente escribe opiniones). No quisimos llamar a la policía para denunciar que se negara a darnos el libro de reclamaciones porque nos pareció tan surrealista la situación que pensamos que el chico había consumido algún tipo de sustancia tóxica para habernos tratado de aquel modo tan agresivo o que quizás sufría algún trastorno mental. Cuando nos fuimos le dijimos que no avisábamos a la policía por no habernos dado el libro de reclamaciones porque no creíamos que valiera la pena pero que por descontado no íbamos a volver y él, dirigiéndose a uno de nosotros, contestó que aparentaba tener 18 años, que seguramente estaría en primero de carrera y había estudiado que era obligatorio dar el libro y le hacía ilusión hacerse el chulo. Mi amigo le dijo que tenia 30 y el le contestó "pues pareces un niñato". En fin, después de esto no recomendaría este lugar ni a mi peor amigo. Suerte de Gràcia está lleno de lugares infinitamente mejores en los que no te maltratan.